El tedio de pensar en lo existencial era agobiador.
Te rendiste, nunca supiste sostener nada en lo tormentoso del transcurso de vivir.
El coraje no lo conociste, osaste ser cobarde, era más cómodo y monótono
Fuiste valiente para amar, pero te sacaste las fuerzas de la espalda, para seguir haciéndolo. Y elegiste lo de siempre porque no te permitieron condiciones algunas.
Extraño como algo novedoso y difícil como la tecnología, nunca te hiciste entender.
Con malas estrategias, diste siempre discursos hipócritas en tu vida nefasta y negativa.
Tu vida volvió al mismo círculo, te encanta esa pequeña rotonda que ya conoces, desviaste y te atemorizo ese nuevo camino.
El dolor de las heridas, fueron causadas por tus fuertes lagrimas que corroen, lastiman, cortan. Hablar de lo intangiblemente lacerado se hiso costumbre.
Te cuide, te quise, te amaron, a todos importaste, pero siempre tu narcisismo te ahogo en tu lago, perdiste todo…
Nunca te animaste, nunca te jugaste, porque creías saber qué querías o necesitabas para vivir en soledad. La tristeza que emanaste decepcionó a mi psiquis, fuiste la desilusión más grande en mi vida (pero no la única), en mis experiencias inmersas en mi piel, espíritu, el alma, y la sien, no dejaste una a salvo. Atacaste a todas sin piedad, mis órganos desvanecieron, no importó comer, solo dormir, para acortar esos días maliciosamente sorpresivos.
Amaste pero lo abandonaste, criticaste y siempre hiciste. Te jugo tan en contra tu pensamiento impulsivo, que hiciste que me sacara la venda de los ojos.
Ahora mi iluminación, no te quiere más, no importas más. Formaste parte de las vivencias que dan experiencia. Desplazaste, erradicaste a pedidos todo lo que no te gustaba, sin saber que el próximo seria yos. Sos un desaforado, te comes el mundo, nunca sentaste cabeza, aunque siempre creyendo que sí. Este mundo te quedo chico, no te lo pudiste comer, ni tragar, lo escupiste, y descartaste todo lo que había en el, menos a ella.
Maria Eugenia Peralta
Los EX pistols
ResponderEliminar